domingo, 13 de septiembre de 2009

Noche

Enderezado tabique de vereda
Recta sonámbula que me lleva a tus encantos

Cañaveral, jugo de arrebatos.

Naces tú,
y tu solo silencio despierta ejércitos,
rompen vitrales de pétalos en los ojos,
gobiernan corruptos los antojos,

te anticipas a mis sombras
y ni siquiera llego al candil.

¡Como asaltas mi aullido desde tan lejos!
Desde los patios antes a nuestro cenit.

Así también
sospecho yo el rescoldo de tus horas,
cuando sin querer tropiezo
con los ripios de un hematoma fresco
que nunca dejé ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario